Pediatra enfatiza sobre la necesidad de sensibilizar sobre la muerte súbita infantil

Santo Domingo.- Las muertes súbitas en infantes son más frecuentes de lo usualmente se reportan alrededor del mundo; solo en Estados Unidos se registran 3,600 fenecidos cada año por esta causa y otras  se reconocen como origen desconocido.

Dada la alta incidencia de casos, los cuales extrapolan a otros países como República Dominicana, la Sociedad Dominicana de Pediatría realizó  un encuentro con sus especialistas, con el objetivo de alertar sobre esta problemática y sensibilizar sus factores de riesgos prevenibles.

El doctor  Kyran Quinland, conferencista invitado y profesor de Pediatría del  Rush Medical College, en  Estados Unidos, enfatizó que todavía no existe un sistema de vigilancia para promover y evitar  este tipo de casos, indicando la necesidad de abordar y dar seguimiento a estos temas.

El especialista destacó que la importancia de educar a los padres y madres al momento de consulta sobre algunas medidas de seguridad y factores de riesgos, ya que muchas de estas muertes  se deben a posturas incorrectas a la hora del lactante dormir, compartir la cama para dormir, estar en una cama muy suave, estar expuesto a fumadores, entre otros factores.

“Aunque muchos casos de Síndrome de Muerte Súbita infantil todavía son desconocidos, hay un grupo que incluye las muertes en cunas y camas.  El 90% de estos ocurren antes de los 6 meses,  debido a que hay un periodo crítico en estos infantes”.

 El doctor Quinland hizo hincapié en la postura del bebé al momento de dormir, el cual debe estar solo, sobre su espalda, en una cama o cuna no muy suave. La mayoría de estos casos fatales ocurren entre los 2-4 meses.

Casos reportados

En Estados Unidos, se evidencian una cantidad de casos  similares entre los accidentes de tránsito con infantes y los datos de muerte súbita infantil, rondando próximo a los 4000 casos. Sin embargo, poco se sensibiliza sobre esto, por lo que el especialista enfatizó el rol del pediatra de orientar a las familias sobre cómo tratar y evitar estos sucesos.

Los reportes indican una mayor incidencia en lactantes afroamericanos de  tez negra, seguidos por los latinos y, por último, los norteamericanos de raza blanca.

Otros  informes revelan que  solo el 44% de los bebés duermen de espalda. La mayoría duerme boca abajo y esto resulta perjudicial para su salud,  aumentando el factor de riesgo de mortalidad, debido a una postura incorrecta en este lapso de sueño.

En Chicago, Estados Unidos, se estudiaron las 5 causas más comunes de mortalidad anual en este grupo  y su difusión en medios. El 59.2% de accidentes automovilísticos fueron reportados  por la prensa,  un 37% sobre los casos relacionados a armas de fuego también fueron compartidos; sin embargo, hubo un registro de 221 casos y ninguno fue dado a conocer. Por eso, el especialista recalcó que muchas de estas acciones prevenibles se mantenían latentes por desconocimiento de la población. Las personas no están advertidas del aumento de estas muertes.

“Debemos buscar la manera para promover esto, porque nosotros los pediatras tenemos la oportunidad de aportar a este cambio,  de saber si el niño duerme de manera correcta y educar aunque reconocemos que es un reto. Debemos reflexionar en qué estamos invirtiendo el tiempo en consulta para aconsejar a los padres; qué es lo que funciona para promover el sueño seguro en estos distintos grupos”, añadió el doctor Quinland.

Reiteró  algunas recomendaciones a los pediatras para facilitar este seguimiento y hacerlo mejor, puntualizando la necesidad de obtener mejores data e informaciones, alinear el tiempo real con la percepción de riesgo, así como  aconsejar a los padres de los pacientes sobre sus modelos de cuidado, por ejemplo visita a nuestros pacientes.

La doctora Luz Herrera, puntualizó tras esta disertación que,  dada estas informaciones, es necesario que se realice un registro  y sistema de vigilancia para estos casos también en el país.

La Sociedad Dominicana de Pediatría realiza este tipo de encuentros, con el propósito de mantener actualizados a los galenos locales a fin de mejorar la atención integral de los niños, niñas y adolescentes.

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