Sé cómo te sientes, dice el Señor, a ti madre, esposa, hermanas, hijos que han perdido ese ser querido tan importante. Gran vacío y dolor, mucha impotencia y rabia, innumerables porqués. El Señor sabe lo que sientes y quiere acompañarte, no te dejará sol@.
Sencillamente él sabe qué necesitas para superar esta gran prueba, no dudes un momento, él está contigo. En esta situación eres alguien muy especial para Dios, él te acompaña con sus ángeles, porque sabe cuán difícil es, en estos días, su presencia en ti, él te dará las fortalezas que necesitas.
Este mensaje es para ti, confía en tú Señor, él sabe de la confusión en que ahora te puedes encontrar, pero no dejes de aprovechar la oportunidad que te presenta Dios para superarte y aprehender de esta gran adversidad, de esta prueba, de esta pérdida.
Es una ocasión especial, como tan especial eres en este tiempo para el Señor. Descansa todo tú pesar en él, él te ayudará a cargarlo, él te confortará, te dará fuerzas, no dejes que tú corazón y mente se turben, no permitas que el enemigo entre a tú alma.
El te bendecirá, porque sabe lo que sientes, puesto que sabe de tú pérdida, él te llenará ese gran vacío en que ahora te encuentras, porque sabe de tú fe en él.
No dudes un segundo, él está contigo, él no dejará sus corazones sólo, él te dará esa paz que necesitas y te ayudará, con el paso de los días, para comprender y culminar tu gran dolor, él te fortalecerá y te colmará, amen…
Oración a ti Señor: sólo mi mano queda tendida a ti, esperando el milagro para vivir. Tengo mucho, mucho esperando y seguiré, pues tu tiempo será perfecto para mí. Alegrarás mis tristezas, saciarás mi hambre y sed, darás sentido al sin sentido y fortuna a mi infortunio.
Tú me levantaras si me caigo, tú me guiarás en la oscuridad, serás sabio ante mi inquietud y serenidad ante mis angustias.
Acompáñame en esos momentos de desesperación, dame fortalezas ante tantas debilidades, tenme piedad y misericordia como sólo tú sabes. No me desampares nunca, sé que pido demasiado, pero sólo a ti que puedes y das en abundancia.
Sé que no merezco tu atención ante tantas cosas que tienes que atender, pero sólo una mirada tuya a mis problemas bastará para tener la gloria a que aspiro. Fortalece mi fe, aleja todo mal de mí y de los míos, gracias señor, por todas las bendiciones que me has dado y me sigues dando…
Gracias señor, gracias, en nombre de tu hijo Jesús, él que por mi murió para darme esperanzas de vida más allá de la muerte, gracias mi señor amén, amén, amén.
Por Ebert Gómez Guillermo