Madrid.-En el camino de cumplirse cuatro años del inicio de la guerra de Ucrania, con el foco puesto en el enclave estratégico de Pokrovsk, los analistas se muestran escépticos sobre la posibilidad de un cercano alto el fuego.
Así lo manifestaron en la presentación del libro La dificultad del alto el fuego en Ucrania (Catarata, 2025), el 22º título de la serie La Europa a la que vamos y el quinto dedicado por el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo (CFEME) a la invasión de Ucrania, donde veinte investigadores muestran en diez capítulos la situación de los tres años de un conflicto enquistado.
Francisco Aldecoa, presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo y codirector del libro, reunió a varios de los autores para aportar una visión “actualizada” de la guerra que, en su tercer aniversario, está marcada “por una intensificación de las hostilidades, una consolidación de alianzas internacionales y una renovada discusión sobre la actuación de la Unión Europea”.
Desde el CFEME esperaban que “se llegara a un acuerdo de paz justo y duradero antes de la publicación. Sin embargo, en la medida en la que se alargaban los plazos, al final ve la luz, desgraciadamente, sin poder celebrar una paz definitiva o, en su defecto, una ansiada tregua.
A tres años del inicio de la invasión a gran escala, el conflicto ha superado cualquier predicción inicial sobre su duración y magnitud”.
Guerra de “desgaste interminable”
Carlos Javier Frías, general de División, director de la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra y uno de los autores del libro, evidenció que el campo de batalla de Ucrania está “paralizado”.
Con un avance ruso de quince kilómetros por año, la guerra de “desgaste interminable” apunta a priori a una victoria rusa porque tiene más población, capacidad industrial y munición, pero los ucranianos “ven todos los movimientos”.
La teoría de Putin, a su juicio, es que Ucrania a la larga “colapsará”, pero el ejército de Rusia tiene “problemas enormes como la corrupción” y Ucrania está desarrollando una industria local de drones que puede llegar a producir ocho millones de unidades para el año que viene.
“Ucrania tiene suficientes medios para resistir en el frente incluso sin la ayuda de Estados Unidos”, afirmó.
En un mundo “cada vez más inestable donde los rusos quieren su parte del pastel”, Putin se ha metido en una guerra “que se le ha complicado y de la que no puede salir”. Carlos Javier Frías argumentó que cuando Rusia ha sufrido una derrota militar ha habido un cambio de régimen “y Putin no puede permitirse esto”.
¿Ucrania en la Unión Europea?
El general de División explicó que una Ucrania en la OTAN no es una amenaza para Rusia, sino una Ucrania integrada en la Unión Europea que provoque que sus vecinos puedan vivir mejor que los ciudadanos rusos.
Con esta tesis está de acuerdo otro de los autores, Jorge Solana, graduado en Relaciones Internacionales y Economía, para quien la reacción de la Unión Europea, “al contrario de los que la gente piensa”, está dando pasos hacia delante en su apoyo a Ucrania, que “resiste gracias a la UE”. No obstante, el economista del CFEME no pasó por alto la destrucción del consumo, las penurias o el freno de la inversión que se produce en un país en guerra.
Red de amenaza persistente avanzada
Por su parte, Laura Jiménez de Vicente, codirectora del libro y graduada en Relaciones Internacionales, puso el acento en el ciberespacio y en la estructura “institucionalizada” del Kremlin a través de una “red de amenaza persistente avanzada”, un grupo de hackers, profesionales informáticos patrocinadas por un Estado. Este “brazo invisible ruso” actúa también en la generación de noticias falsas “para legitimar las actuaciones rusas y deslegitimar a Ucrania y Occidente”.
Incidiendo en los “bombardeados por desinformación” y en la necesidad de invertir en ciberseguridad, Jiménez de Vicente analizó la dificultad de atribución de un ciberataque a un Estado, lo que se denomina “denegación plausible”, para poder utilizarlo como prueba en una futura acción legal.
Juan Francisco Martín Fresneda, corresponsal en Ucrania y director La8León y EsRadio León, también opinó que el alto el fuego es “difícil” porque “los supervivientes de Ucrania han cultivado un odio a Rusia que no se quitará en generaciones”.
El autor del libro Ucrania, el triángulo del valor confesó que sus amigos ucranianos considerarían una “victoria” el encuentro celebrado en la Universidad Nebrija porque “la peor derrota es que la guerra se haga invisible y que el mundo deje de atenderlos”.
Pionero de la ayuda humanitaria en Ucrania —consiguió llegar a Kiev en los primeros días de guerra con 75 toneladas de ayuda repartida en tres camiones—, Martín Fresneda reivindicó una vuelta al periodismo analógico, “el que tiene fuentes, el que contrasta la información y el que vive en el sitio donde se genera la información” porque “particularmente esta guerra es la gran batalla por el relato”.
22.000 niños secuestrados
Ana María Salazar, abogada y especialista en Ucrania y fundadora, junto a Juan Francisco Martín Fresneda, de Iniciativas Europeas para Ucrania, aportó la “realidad humana” al coloquio. “Ucrania está agotada por la enorme fatiga de la guerra, internamente sigue habiendo un apoyo para seguir combatiendo, pero el agotamiento hace mella en un país que se queda sin hombres y sin niños”, precisó.
“El objetivo de Rusia es debilitar a Ucrania, donde hay un desgaste salvaje… Es milagroso que el presidente Zelenski siga en estas condiciones tan terribles y ya empieza a haber cada vez más oposición articulada”, agregó.
Salazar, doctora cum laude en Ciencias Políticas y Sociología, incidió en “el robo y secuestro masivo” de 22.000 niños ucranianos a los que se les “lava el cerebro a través de un proceso de rusificación para que en el futuro vayan contra su país”.
Confirmó que 1.000 niños ya han sido rescatados, aunque es un proceso “muy complicado” por el operativo y el trabajo de los equipos que hacen que cada rescate, de media, suponga un gasto de 3.000 euros.
El Consejo Federal Español del Movimiento Europeo organizará próximamente otros coloquios y presentaciones de libros en la Universidad Nebrija para seguir alimentando de análisis a la opinión pública española. De esta forma lo hicieron saber Francisco Aldecoa y Adela Alija, directora del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Nebrija.