En el debate político nacional ha resurgido una inquietud que, aunque parece conversacional, encierra una preocupación profunda sobre la relación entre justicia, poder y estabilidad institucional: ¿con quién le iría “mejor” al al PRM y sus exfuncionarios, fuera del poder, en términos judiciales, con Leonel Fernández o con Danilo Medina?
Detrás de esta pregunta se esconde la percepción de muchos ciudadanos de que, en algunos períodos de la vida republicana, la justicia ha sido influenciada, para bien o para mal, por el liderazgo político de turno.
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) vivió sus dos periodos consecutivos (2012–2020) con un control político fuerte y una justicia ampliamente percibida como influenciada desde el poder.
Para muchos analistas, el estilo político de Medina era vertical, disciplinado y con una estructura partidaria consolidada. Cuando se produjeron los casos de impacto nacional, como Odebrecht, los cuestionamientos a la OISOE, o los señalamientos en torno a altos funcionarios, la percepción general fue que el sistema judicial no avanzaba más allá de lo permitido por el liderazgo político gobernante.
De ahí surge la expresión popularizada de que “con Danilo hasta la sombra va presa”, y la venganza le sabría a miel, en referencia a la creencia de que un adversario político enfrentaría procesos judiciales duros y acelerados, mientras que los aliados del PLD tendrían un margen distinto.
Si Danilo, volviera al poder, opinan sectores políticos y sociales, los expedientes contra exfuncionarios del PRM, podrían ser utilizados como mecanismo de control o demostración de fuerza, sobre todo después de que varios exfuncionarios peledeístas han sido procesados durante el actual período de gobierno de Luis Abinader y el PRM.
Bajo un gobierno de Leonel Fernández
Fernández, en contraste, ha construido históricamente un perfil de estadista con manejo más institucional, más legalista y menos confrontativo. Su relación con el sistema judicial suele ser percibida como más técnica, más influenciada por juristas de línea doctrinal y menos por estructuras partidarias disciplinarias.
Durante sus gobiernos (1996–2000 y 2004–2012), los escándalos de corrupción no se tradujeron en una ola de sometimientos judiciales contra adversarios o funcionarios del pasado. Esto ha llevado a muchos a sostener que un gobierno bajo Leonel sería menos propenso a emprender persecuciones judiciales por motivos políticos.
Para los dirigentes y exfuncionarios del PRM, esta percepción alimenta la idea de que un retorno de Fernández, al poder podría resultar menos amenazante en términos judiciales, parecería.
En República Dominicana, la autonomía del Ministerio Público ha sido tema central desde el 2020, cuando el presidente Luis Abinader, impulsó la designación de procuradores independientes. Si bien este modelo ha marcado un precedente importante, no está garantizado que futuras administraciones de otros partidos mantengan la misma lógica.
Aquí entra el dilema, en un gobierno de Danilo Medina, apoyado por sectores duros del PLD, podría intentar reorientar o replantear la estructura actual del Ministerio Público, lo que algunos entienden como escenario de riesgo para adversarios del PRM.
Un gobierno de Leonel, por su discurso institucionalista, es percibido como más inclinado a mantener las reglas del juego, aunque siempre con espacio para influencias indirectas, como ocurre en cualquier sistema político.
Que dicen los analistas
Entre expertos políticos y juristas se repiten tres ideas clave. El PLD, tiene cuentas pendientes con el PRM, pues muchos de sus principales exfuncionarios han sido procesados recientemente. Si volviera al poder, especialmente bajo Danilo Medina, el impulso político podría favorecer acciones de “ajuste de cuentas”.
La Fuerza del Pueblo (FP), partido de Leonel Fernández, ha apostado por un discurso de institucionalidad como bandera para retar al PLD. Judicializar adversarios podría contradecir esa narrativa.
La percepción mayoritaria de la población, analistas políticos y en círculos políticos es que un retorno de Danilo Medina, representaría el escenario judicial más adverso para el PRM, mientras que un gobierno encabezado por Leonel Fernández, implicaría un manejo más institucional y menos cargado de revancha política.
Por Luis Ramón López