Juancito Torres, el artesano que da vida a la madera desde el corazón de Moca

Moca, Espaillat.-En el sector del nuevo barrio Puerto Rico, se escucha el sonido rítmico del formón y el martillo sobre la madera. Es el taller de Juan Antonio Torres Fernández, conocido por todos como Juancito, un joven artesano que ha hecho de su talento innato una forma de vida y una expresión cultural profundamente mocana.

Nacido en la parte baja del municipio de Moca, en un hogar humilde pero lleno de valores, Juancito, mostró desde temprana edad una inclinación natural hacia las bellas artes, especialmente la escultura y el tallado en madera.

Sin formación académica formal, pero con una pasión desbordante, fue aprendiendo a observar, a moldear y a crear, hasta convertir sus manos en verdaderas herramientas del arte popular.

“Desde niño me gustaba hacer figuras con pedacitos de madera. Mi mamá Anatila, decía que eso era lo mío”, recuerda con una sonrisa mientras muestra una mecedora recién terminada.

Con los años, Juancito perfeccionó su técnica y hoy se le reconoce por su habilidad en la elaboración de sillas, peinadora, repisas, muebles “palitos”, licoreras, muebles haraganes y mecedoras, que rescatan el estilo artesanal de antaño.

Cada pieza lleva un sello distintivo: imágenes esculpidas en la madera con terminaciones casi simétricas, trabajadas con detalle y paciencia, evocando el arte rústico que decoraba los hogares de nuestros abuelos.

Su obra no solo tiene valor utilitario, sino también simbólico y cultural, pues mantiene viva una tradición artesanal que poco a poco ha ido desapareciendo frente a la producción industrial. Juancito trabaja con maderas locales, muchas veces recicladas, y se inspira en escenas del campo, la familia, los animales y la religiosidad popular.

“Yo no copio de internet ni de revistas. Todo lo que hago viene de mi cabeza o de lo que he visto en los hogares viejos del campo. Me gusta rescatar lo nuestro”, afirma orgulloso.

Un taller con alma

Su taller, instalado en el patio de su casa en el barrio nuevo Puerto Rico, es un espacio donde el arte se mezcla con la naturaleza. Allí, rodeado de herramientas, virutas y aroma a madera recién cortada, Juancito, pasa largas horas tallando, puliendo y dando forma a cada creación que, al final, parece contar una historia.

Vecinos, visitantes y hasta turistas que llegan a Moca, se detienen a admirar su trabajo. Muchos encargan piezas personalizadas, y otros simplemente lo visitan para ver cómo transforma un tronco en una obra de arte con alma.

Orgullo mocano

El caso de Juancito, es un ejemplo inspirador de cómo el arte popular puede surgir desde la sencillez y el esfuerzo, y cómo una vocación puede convertirse en un legado cultural. Su labor ha sido reconocida por instituciones culturales locales que ven en él a un rescatista de las tradiciones artesanales y un símbolo del talento mocano que florece en los rincones del pueblo.

“Mi sueño es que los jóvenes se animen a aprender este oficio, que no se pierda. La madera habla, pero hay que saber escucharla”, dice Juancito mientras acaricia una silla tallada con figuras de hojas y flores.

En un tiempo en que lo hecho a mano parece perder valor, Juan Antonio Torres Fernández, mantiene viva la llama de la artesanía dominicana, recordando que la belleza también se encuentra en lo sencillo, lo auténtico y lo hecho con el corazón.

Por Luis Ramón López

Comparte esta noticia en tus redes sociales: