Las personas en todo el planeta están siendo testigos atónitos de lo que está sucediendo en Gaza, en todo Oriente Medio, en la Uno, en Ucrania, los cambios que reclaman en toda Europa, el odio y la ceguera de los gobernantes de Estados Unidos e Israel.
Pero también lo que está pasando en Venezuela, en Colombia con el presidente Petro, en México con la presidenta Claudia Sheimbaun Pardo, con Lula en Brasil, con el presidente Gabriel Boric en Chile, las aptitudes de las grandes potencias, China, Rusia y la India, ciertamente nos encontramos en un momento de catarsis mundial.
Es inevitable ser indiferente ante lo que está sucediendo, no debemos contemplar estáticos, en silencio, impasibles, no hay que sentir miedo, más bien nuestro deber es tomar parte, aún creamos que puede ser intrascendente, tenemos que expresarnos, movilizarnos, no contemplar sólo desde la cera del frente, lo que está en juego es muy importante, se trata del destino de toda la humanidad, de nuestra civilización y del rumbo que puede tomar en estos momentos.
No creamos que, por ser un país pequeño, sin ninguna importancia en las decisiones del tablero político mundial o por ser el traspatio de Estados Unidos y gobernarnos la Embajada Americana dejaremos por eso de sufrir los resultados de lo que pase, o ser parte del resultado que la actual situación genere o degenere.
Somos también ciudadanos del mundo, independientemente de las buenas o malas decisiones de quienes nos gobiernen o desgobiernen, tenemos la decisión y el derecho de expresarnos y no ser cómplices por sumisión u omisión de lo que le sucede a nuestro prójimo, no importa donde se encuentren, ellos también son hijos de Dios.
“Tomemos contacto con las heridas, toquemos la carne de los perjudicados. Volvamos a contemplar a tantos civiles masacrados como -daños colaterales-. Preguntemos a las víctimas. a las mujeres que perdieron sus hijos, a los niños mutilados o privados de su infancia”. (Papa Francisco).
Tenemos que dejar sentir nuestra voz, somos parte de Latinoamérica y nuestra fe es el cristianismo, no podemos seguir viviendo de espalda al dolor, no importa cuál sea la denominación religiosa, seamos como el buen samaritano que no abandonó al herido al borde del camino.
“Y hagámonos cargo del sufrimiento, de la realidad que nos corresponde, sin miedo al dolor o a la impotencia, porque allí está todo lo bueno que Dios ha sembrado en el corazón del ser humano. Las dificultades que parecen enormes son la oportunidad para crecer, y no la excusa para la tristeza inerte que favorece el sometimiento.” (Papa Francisco).
Hay que advertir, no a los israelitas, no al pueblo de los Estados Unidos, sino a la elite bélica del Estado de Israel y de los Estados Unidos, también en palabras del Papa Francisco y frente a las guerras que quieren iniciar en Latinoamérica y al genocidio que llevaron a cabo en contra del pueblo palestino.
“La venganza nunca sacia la insatisfacción de las víctimas, hay crímenes tan horrendos y crueles que no sirven para sentir que se ha reparado el daño, los que perdonan renuncian a ser poseídos por esa misma fuerza destructiva que los ha perjudicado, tienen que romper el círculo vicioso, tienen que frenar las fuerzas de destrucción o esa misma venganza y con mayor fuerza, más temprano que tarde, terminará recayendo en ustedes mismos”…
Por Ebert Gómez Guillermo