Daniel, una persona especial en mi vida, es la encargada de revisar todos mis artículos, como es muy competente, además de su profesión de abogado, son increíbles sus conocimientos sobre las reglas de ortografía, lo que le da facultad, para que, en algunas ocasiones, “me emboche”
Hace unos días me “comió ripiá,” debido a que confundí dos verbos: escuchar y oír, algo que me lo había corregido en diferentes ocasiones.
Prometí ser más cuidadosa y de manera inmediata, me puse a investigar. Según la Real Academia Española la diferencia es la siguiente: “oír es un proceso fisiológico de percibir sonidos con el oído, mientras que escuchar es una acción voluntaria que implica prestar atención a lo que se oye.”
Existe una relación entre ambos conceptos, pues se puede oír sin escuchar, pero es bueno tener claro, que para escuchar es necesario oír, pero no al revés.
Tenemos algunos ejemplos de escuchar:
– Un merengue de un artista que te gusta, disfrutarlo, bailarlo y cantarlo.
– Tocar un piano mientras presta atención a cada nota.
En el caso de oír, podemos tener los siguientes ejemplos:
-Las bocinas de los carros
-El ruido de los pájaros
-El bullicio de la gente.
Entiendo que ambos conceptos los tengo claro, y prometo ser muy cuidadosa en lo adelante, pero me quedó claro, que, por ejemplo, en el caso de la música, en algunos momentos se puede oír, y en otros escuchar.
Por ejemplo, si me aloco en mi cocina mientras oigo la radio, suena uno de mis artistas favoritos, me emociono y me pongo a cantar, estoy escuchando, pero si mi vecino de enfrente tiene su radio prendido y sigo haciendo otra cosa, estoy oyendo, pues una diferencia entre ambos términos, es la atención.
Incluso, según me cuenta mi amigo, en ocasiones, nos pasamos la vida disfrutando de un tema musical, porque nos atrapa la melodía, el cantante, etc., pero de repente, por alguna razón, le ponemos atención a las letras, descubrimos que en realidad no habíamos escuchado bien el tema.
Descubrimos que el tema incluye letras que no habíamos advertido, a pesar de haberlo disfrutado durante largo tiempo.
Definitivamente, oír y escuchar no es lo mismo.
Por Epifania de la Cruz (epifaniadelacruz@ gmail.com / www.renacerparatodos.net)