A RAJATABLA: Hijos y nietos

La primera generación de dirigentes políticos de pensamiento progresista fue entrenada y formada por Juan Bosch a través de sus charlas radiales en que interactuaba con un pueblo políticamente atrasado y lacerado por una tiranía que se prolongó por 31 años.

Dirigentes y militantes del Partido Revolucionario Dominicano a todos los niveles abrevaron del caudal de experiencia que emanaba a través de Radio Comercial, desde el momento que se escuchaba su primera expresión de “Dominicanos”.

No se niega que después del ajusticiamiento de Trujillo se desarrolló en tierra insular una casta de jóvenes, en su mayoría clase media, con notable cultura política que devoraba con gran avidez los clásicos de la antigüedad y luego la abundante literatura de izquierda.

Desde el exilio llegaron otras lumbreras de la teoría y cultura política como Juan Isidro Jiménez Grullón y los hermanos Doucudray que ejercieron gran influencia en la formación de una izquierda variopinta, cuyos surcos marxista con tintes de la URSS, China y Revolución Cubana.

Esa teoría marxista en sus diferentes vertientes, intoxicó a una juventud de pequeños burgueses que “tenían el estómago vacío”, como diría el presidente Mao, por lo que en vez de fortalecerlos ideológicamente, la mayoría convulsionó a la ingestión o adición a tan áspera mezcla ideológica.

A asuntos ideologicos se atribuyen los enfrentamientos violentos entre grupos o facciones de izquierda y la propia creación de la Banda Colora o el crossover de muchos jóvenes hacia las mieles del Poder que encarnaba el presidente Balaguer.

En los primeros años de los 60s, Bosch era el maestro de un pueblo políticamente ignorante y socialmente reprimido, al que comenzó a educar a partir de sus expresiones “hijos de machepa” y “tutumpotes”, pero el golpe de Estado interrumpió ese magisterio y transformó la visión del maestro sobre la política y la sociedad.

Es al retorno de su exilio en Europa, cuando Bosch emprende la tarea de educar a una cantidad de dirigentes del PRD de los que no habían sucumbido al generalizado virus ideológico y que serían la zapata para la construcción del nuevo instrumento de liberación nacional.

La historia del Partido de la Liberación Dominicana se ha contado de mil manera, pero sus detractores deben admitir que esa fue una iniciativa majestuosa, si se toma en cuenta que emergió de un pueblo que 13 años atrás estaba sumido en el oscurantismo político y que dos lustros antes estalló una revuelta pro democracia.

Para entender lo que ha sido el PLD en la consolidación de la democracia hay que decir que 47 años después, el liderazgo liberal de Republica Dominicana lo integran hijos o nietos políticos de Juan Bosch, lo que demuestra la certeza de su magisterio y de su obra politica.

Por Orión Mejía

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