Moca, Espaillat.-Cada año, el mes de octubre se viste de rosa en todo el mundo para recordar la importancia de la detección temprana del cáncer de mama, una enfermedad que continúa siendo una de las principales causas de muerte entre mujeres, pero que, diagnosticada a tiempo, tiene altas probabilidades de curación.
La conmemoración de octubre como el Mes de la Sensibilización sobre el Cáncer de Mama surgió en 1991, impulsada por la Fundación Susan G. Komen for the Cure, en Estados Unidos, cuando se comenzaron a distribuir lazos rosados durante una carrera en Nueva York para honrar a las sobrevivientes y crear conciencia.
Desde entonces, el símbolo del lazo rosa, se ha convertido en un emblema universal de esperanza, solidaridad y compromiso con la vida.
El cáncer de mama, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta cada año a más de 2.3 millones de mujeres en el mundo. Sin embargo, el diagnóstico precoz puede reducir drásticamente las tasas de mortalidad.
La detección temprana se basa en tres pilares esenciales, que son la autoexploración mensual de las mamas, la realización de los exámenes clínicos regulares y la mamografía a partir de los 40 años, o antes si hay antecedentes familiares.
Los expertos en salud señalan que una mujer que detecta una anomalía a tiempo puede tener más del 90 % de probabilidades de recuperación si inicia su tratamiento en las etapas iniciales.
En la República Dominicana y el mundo, durante este mes se desarrollan jornadas médicas, charlas educativas, caminatas y campañas de concientización, donde instituciones públicas, privadas y organizaciones sin fines de lucro se unen en una sola voz: “La prevención salva vidas.”
Hospitales, clínicas, universidades y empresas iluminan sus fachadas de color rosa como símbolo de apoyo, y miles de mujeres comparten sus historias de superación para inspirar a otras a no temer al diagnóstico, sino al silencio.
Los especialistas en salud pública coinciden en que la lucha contra el cáncer de mama no solo es médica, sino también social y cultural. El estigma, la falta de información y el miedo siguen siendo obstáculos para que muchas mujeres acudan a tiempo a los centros de diagnóstico. Por eso, la educación juega un papel crucial.
“La sensibilización es la vacuna emocional contra el cáncer de mama. Hablar, informarse y revisarse son los primeros pasos hacia la prevención”, expresan médicos de la Sociedad Dominicana de Oncología.
El mes rosa no solo es un homenaje a quienes luchan o han vencido la enfermedad, sino también una oportunidad para promover hábitos saludables, como mantener una alimentación balanceada, realizar actividad física, evitar el consumo de alcohol y tabaco, y acudir a revisiones periódicas.
También representa un compromiso con la vida, una invitación a la esperanza y una responsabilidad compartida entre el Estado, las instituciones de salud y la ciudadanía.
En octubre, el color rosa deja de ser solo un símbolo estético y se convierte en un emblema de amor, prevención y solidaridad, recordando que detectar a tiempo es salvar vidas.
Por Luis Ramón López