Hace 64 años cayó el tirano, con su muerte el pueblo dominicano respiró libertad

Moca, Espaillat.-Un día como hoy, hace exactamente 64 años, el pueblo dominicano fue testigo de un hecho que marcaría un antes y un después en su historia: la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, el 30 de mayo de 1961.

Su asesinato significó el principio del fin de una de las dictaduras más feroces y prolongadas de América Latina, que mantuvo a la nación bajo el yugo del miedo, la represión y el culto a la personalidad por más de tres décadas.

Rafael Leonidas Trujillo Molina, gobernó la República Dominicana desde 1930, hasta su muerte, de forma directa o mediante presidentes títeres.

Su régimen se caracterizó por un autoritarismo absoluto, una red de espionaje y represión que silenciaba a la disidencia, y una concentración extrema del poder político, económico y militar.

Bajo su mando, el país vivió aparentes avances en infraestructura y orden público, pero a costa de la sangre, el exilio y el sufrimiento de miles.

Trujillo, se hacía llamar “El Jefe” y exigía lealtad incondicional. El país llegó incluso a cambiar el nombre de su capital a “Ciudad Trujillo” en su honor. Los medios de comunicación, la educación, la economía y las instituciones estaban bajo su férreo control.

Su dictadura dejó un saldo incalculable de víctimas, desde opositores ejecutados hasta ciudadanos silenciados por el miedo.

La emboscada el 30 de Mayo

La noche del 30 de mayo de 1961, en la autopista que conecta Santo Domingo con San Cristóbal, un grupo de valientes hombres, muchos de ellos antiguos colaboradores del régimen que habían comprendido la gravedad del poder absoluto de Trujillo, decidió actuar. En una emboscada cuidadosamente planeada, Trujillo fue abatido a tiros mientras se dirigía a su ciudad natal.

Entre los protagonistas del complot se encontraban Antonio de la Maza, Amado García Guerrero, Salvador Estrella Sadhalá, y otros miembros de lo que luego se conocería como “los ajusticiadores”.

Su acción fue arriesgada y no exenta de consecuencias: la represión posterior fue brutal, y muchos de ellos fueron capturados, torturados y asesinados por el régimen aún vigente bajo el control de la familia Trujillo y sus fieles.

Aunque la dictadura no terminó de inmediato, la muerte de Trujillo quebró el sistema de terror. En los meses siguientes, el poder fue debilitándose, los Trujillo fueron exiliados, y la presión popular e internacional creció. Finalmente, en 1962 se celebraron las primeras elecciones democráticas tras décadas de opresión.

Este día no solo marcó la caída de un hombre, sino el despertar de una nación. A partir de ese momento, el pueblo dominicano comenzó un largo y complejo camino hacia la democracia, la justicia y la reconstrucción de su identidad nacional.

Memoria

Hoy, 64 años después, la figura de Trujillo sigue siendo objeto de análisis, advertencia y memoria. Las nuevas generaciones, nacidas en libertad, tienen el deber de conocer su historia, para que los errores del pasado no se repitan.

El 30 de mayo no es solo una fecha histórica: es un recordatorio de que la tiranía puede caer, que la valentía existe, y que los pueblos tienen el poder de cambiar su destino.

Loor a los héroes

Gloria eterna a las víctimas del régimen. Honor a los héroes que dieron su vida para que otros pudieran vivir en libertad.

Por Luis Ramón López

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