Un informe forense independiente realizado por el Instituto Canario de Análisis Criminológico (ICAC), un laboratorio europeo acreditado y ampliamente citado en publicaciones científicas internacionales, ha revelado serias irregularidades técnicas en el proceso electoral de Ecuador en 2025.
“Los hallazgos sugieren la posible existencia de un sofisticado mecanismo de alteración del voto, lo que pone en entredicho la integridad del escrutinio”, detalla un documento dado a conocer por el partido de la candidata Luisa González Revolución Ciudadana (RC).
El análisis, elaborado bajo la supervisión del Comité de Química Analítica del ICAC y con el acompañamiento de consultores antifraude de trayectoria internacional, determinó que se utilizaron dos tipos de esferográficos distintos durante la jornada electoral, distribuidos por el propio Consejo Nacional Electoral (CNE) a las Juntas Receptoras del Voto.
Uno de estos instrumentos no cumplía con las especificaciones técnicas establecidas por el organismo electoral, situación sin precedentes en procesos anteriores y que refuerza la hipótesis de una manipulación deliberada.
Las pruebas cromatográficas especializadas realizadas al contenido de tinta detectaron que uno de los bolígrafos contenía una tinta de origen indio, acuosa y altamente transferible. Esta característica, combinada con un tipo de papeleta tratada selectivamente con metabisulfito sódico —un agente reductor químico—, permitiría que el voto emitido se altere tras una leve presión al doblar el papel, transfiriendo la marca de una opción política a otra o haciéndola desaparecer por completo en la zona tratada.
“Esto puede ocurrir solo si una de las caras del papel de la papeleta de votación, donde se encuentran los candidatos, está químicamente tratada (…) Esto sugiere que debe ser el papel el que estaba pretratado selectivamente, y se diseñó para interactuar con una tinta convencional, provocando su desaparición local”, señala el informe forense.
El documento concluye que estas vulnerabilidades comprometen gravemente la transparencia del proceso electoral y abren la posibilidad de que se haya implementado un esquema de fraude electoral de nueva generación.
Asimismo, advierte que las características fotosensibles de la tinta podrían justificar la prohibición expresa de fotografiar el voto durante la jornada electoral, medida que en su momento fue ampliamente cuestionada por diversos sectores.
“La única manera de comprobar este proceso fraudulento es analizando desde el punto de vista forense las papeletas de votación en un laboratorio especializado”, concluye el informe, que recomienda de manera urgente la apertura de urnas para una verificación técnica internacional.
Frente a la gravedad de los hallazgos, el ICAC ha solicitado la intervención inmediata de organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE), para que actúen como observadores técnicos en un eventual proceso de verificación electoral.
El escándalo que podría desencadenarse a raíz de esta revelación sacude el escenario político ecuatoriano y plantea interrogantes de fondo sobre la legitimidad del proceso electoral recientemente concluido.