Es muy preocupante sin dudas, las amenazas y acciones de despliegue militar naval en el Caribe dispuesto por Donal Trump, presidente de los Estados Unidos, en perjuicio de los gobiernos encabezados por Nicolas Maduro en Venezuela y Gustavo Petro en Colombia, acusándolos respectivamente, de narcotraficantes y/o encabezar gobiernos apoyados con dinero producto de la fabricación y tráfico de cocaína.
Estas acciones militares de la naval estadounidense en el Caribe, han causado hasta el momento, el asesinato de más 30 personas, sospechosas de traficar cocaína en lanchas rápidas en aguas del mar caribe, ejecuciones sin juicio previo en aguas internacionales. el presidente Trump amenaza ahora con invadir por tierra estos países.
Evidentemente que, con estas acciones, Estados Unidos ha retrocedido a la época de desestabilizar gobiernos contrarios a sus intereses o en desacuerdos de entregar o dejar que le roben sus recursos naturales, como es el caso del petróleo que yace en el subsuelo venezolano.
El presidente Trump aplica la pena de muerte sin juicio previo, a personas que él califica como miembros de carteles de drogas, en lanchas rápidas en aguas del mar caribe, pero no así a los que mueven toneladas de drogas dentro de los Estados Unidos ni a los banqueros americanos, con apellidos ingleses, que lavan miles de millones de dólares, producto del narcotráfico.
Hay que cuestionar, hasta qué punto las instituciones estadounidenses, dígase congreso y suprema corte de justicia, dejarán que lleguen las acciones ilegales del presidente de la nación, baluarte de la democracia.
Indudablemente que, la lucha en contra de las drogas y el narcotráfico es sólo una excusa por parte de los Estados Unidos y del presidente Trump para justificar el robo de recursos naturales, por un lado, e intervenir por otro lado en asuntos internos de otros Estados soberanos como, por ejemplo, el caso de los Estados Unidos Mexicanos.
Hoy sabemos, gracias a documentos desclasificados del propio Departamento de Estado de los Estados Unidos que, hace sólo unas décadas, durante el gobierno de Ronald Reagan, aplicaron la misma receta a los sandinistas en Nicaragua. Usaron fondos de los “Contra” del mismo narcotráfico que decían combatir.
Así lo hicieron, también en los casos de Afganistán e Irán, con la producción de amapolas y durante la guerra de Vietnam y la producción de heroína y opio. O sea, todo es parte de un patrón repetido en casi todos los países invadidos militarmente por Estados Unidos, desde 1950 hasta fechas recientes.
Entonces, dado que parece inevitable que Estados Unidos y el presidente Trump ataquen estos países, cabe debatir, hasta qué punto China y Rusia podrán evitar o no, lo que a todas luces parece será un genocidio de escala mayor al cometido en Gaza, pero en territorio Latinoamericano.
O en todo caso, qué harán las instituciones democráticas estadounidense, principalmente el congreso y suprema corte de justicia de la “gran nación”, para detener esta barbarie que, en lo inmediato no sólo afectará directamente a Venezuela y Colombia sino también a Cuba y Nicaragua y por consecuencia a toda la Región, desde México hasta la Patagonia…
Por Ebert Gómez G.