Los pobres sepultaron la esperanza

Recuerdo el año, más no el día ni tampoco el mes, cuando a las 10 a.m. crucé la puerta de su oficina en la Internacional Socialista, estaba contento, me dio un abrazo muy efusivo y me dijo: «tengo poco tiempo», respondí, lo entiendo solo quería saludarlo personalmente y brevemente explicarle la situación del Compromiso Estudiantil y las elecciones en la UASD.

Me sorprendió con estas palabras, «estoy informado de todo», le hablé del gran trabajo que estaban realizando los compañeros de ‘Compromiso Nacional’, un movimiento poderoso que él mismo llamó su «retaguardia invencible» en Nueva York.

Después de varios minutos me miró y me preguntó: ¿viste esos dos hombres que salieron? Le respondí: sí, inmediatamente me dice; «los envió Fidel Castro, para que le resuelva un asunto en el Departamento de Estado en Estados Unidos (USA).

 Meses después de su enfermedad fui a visitarlo temprano al Waldorf Astoria, dado que Doña Peggy me dijo venga temprano porque él tiene muchos compromisos.  Cuando llegué no esperé gracias a Dios, pero el Líder estaba hablando por teléfono con el Reverendo Jesse Jackson, y después lo llamó Colin Powell y me presentó cuando terminó, al hijo de la reina de belleza apellido Lovatón y de Trujillo. Quien en esos días había estado trabajando para poner a funcionar una línea aérea, creo se llamaba APA.

Ese mismo día vi un joven muy inteligente cuyo nombre ahora no voy a revelar que le dijo, «el artículo está listo Líder». Nuestra conversación giró en cómo se iban a asimilar la cantidad de dirigentes de ‘Compromiso Nacional’ que pasarían al Bloque Institucional Socialdemócrata (BIS) y me instruyó que ayudara a Francisquito.

Es por ello que voy al BIS, mientras que otros fueron directos al PRD. Algunos dirigentes habían ido en calidad de préstamos al ‘Compromiso Nacional’ con Fello Suberví, cómo presidente, entre estos estuvo Alfredo Pacheco, Ayala, Julia Reynoso (secretaria de Fello), Janet Camilo llegada de familia reformistas, ya se había ido, también Carlos Gabriel y otros dirigentes.

Terminado ese proceso comenzaron de nuevo en el PRD, a mí me tocó junto a Carlos Marquez y Jovine Bermúdez (fallecido), ser vocero de los compañeros, tenía que exponer en la comisión política el modelo que permitiría que ellos, los de la comisión política, no se opusieran que el BIS fuera formalmente descongelado.

Tanto en el partido como en la oficina de la Internacional Socialista y después en la oficina de Miguel Vargas, nos reunimos por último con Doña Milagros.  Algo que mis dos acompañantes no sabían: era que había un deseo inmenso del Dr. Peña Gómez para que José Frank fuera el presidente del partido, el cual le sería dejado como herencia, sin demeritar la capacidad de estratega y carpintero armador del Gordo.

Este asunto lo entendí cuando me dijo «ayúdalo». Él concepto del Líder era de que soy un gallito y sabía que iba a defender a Francisquito (José Frank) con todo pulmón, cómo más tarde sucedió con su candidatura a diputado.

Lo defendí todo el tiempo como nadie, en la radio, la televisión, periódicos, en la Comisión Política del PRD donde tuve que agotar varios turnos en distintas oportunidades, allí pronuncié un discurso breve, que fue aplaudido por los presentes en respuesta a la oposición del Dr Hugo Tolentino y Doña Ivelisse (ambos fallecidos) a descongelar el BIS.

Quiero decir para la historia que «Hipólito Mejia se paró y tomó la palabra para defender nuestra posición».

En un tiempo transcurrido, José Frank Peña Guaba me dijo, «vamos al cumpleaños del viejo», cogimos, ambos, para Cambita, San Cristóbal y, estando allí me sentí muy bien al ver al Líder contento y riéndose.

José Frank, haciéndome gesticulaciones con las manos me llamaba para que fuera donde él estaba, Él no quería que yo le tocara el tema de mi regiduría, algo que jamás cruzó por mi mente, dado que el mismo Dr. Peña Gómez, me refirió donde Hatuey, después de hablar con Doña Peggy.

En el cumpleaños me quedé un rato hablando con Ana María (fallecida) y me dijo algo que me intrigó (yo no era cristiano evangélico) aunque nunca he creído en mitos ni leyendas, pero eso me asombro, «se va a morir el Líder, cuando la gente está enferma de esa manera y le celebran el cumpleaños en los días posteriores se muere».

Después de un breve tiempo anduvimos en una comisión encabezada por José Frank y un servidor por todo Santo Domingo Oeste y luego por Santo Domingo Norte.

Nuestra última parada fue en la finca del Dr. Cruz Jiminián, saliendo de allí, José Frank me dijo sígueme, y no lo hice porque tenía días trabajando, me sentía cansado, era el producto de que al líder lo habían dejado solo con su candidatura.

 Los actores están ahí, ninguno de ellos después de frustrada la Convención movió un dedo y un grupo de muchachos incluyendo a Tony Peña y una poderosa juventud que dirigió, cargamos sobre los hombros el proyecto Peña Gómez Síndico.

Estando en «Jeffrey Car Wash» lavando el jeep, alguien que me conocía me dio el infortunio. Recordé la palabra de Ana María y también los cinturones de miserias que habían perdido su esperanza, «Con él se fue la esperanza moral en el liderazgo político de un país».

Hoy solo me quedo con la satisfacción del deber cumplido, para recordar que estará siempre en el corazón de tu gente. «Contigo los pobres enterraron la Esperanza».

Peña Gómez Siempre……

Por Javier Fuentes (javierfuentes1964.jf@gamil.com)

*El autor es abogado y politólogo. Reside en Nueva York

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