Él está, estuvo y siempre estará, es el testimonio que puedo dar. Aclaro nuevamente, no soy religioso ni lo pretendo ser, he dicho y digo que la fe nada tiene que ver con religión ni con iglesias, tampoco el buen proceder, lo correcto ni lo ético, inclusive la santidad nada tiene que ver con religiones ni con dogmas de ningún tipo, el mismo Papa Francisco, fallecido recientemente, así lo afirmaba.
Lo real es que Dios siempre ha estado y estará tanto de manera invisible como visible, tangible que se puede tocar, como intangible que no se puede tocar, él se manifiesta de muchas maneras y formas, en los sueños, en las oraciones sinceras, él se muestra en un ave que simboliza su espíritu o en Jesús su hijo y la oportunidad de redención, a partir de su sacrificio, para llegar al Padre a través de él.
El tiempo para Dios o el tiempo de Dios no es el mismo de quienes habitamos este lugar llamado Tierra o planeta azul. Lo que quiere Dios es que, “todos sepan”, que él sigue igual de presente hoy, como lo estuvo en el tiempo de Abraham, de Moisés o de Jesús, el Cristo.
Él sigue siendo la única esperanza, para el hombre y la mujer de hoy, como lo fue ayer. Este es el recado que, de diferentes maneras, ese poder superior que llamamos Dios o como es llamado por las diferentes manifestaciones religiosas en el planeta, él quiere que todos sepan, que sigue igual de presente y que puede manifestarse y de hecho se manifiesta también ahora, como lo hiso en el pasado.
Él quiere que el hombre y la mujer de hoy sepan que existe para ellos como lo hizo con sus antepasados, que él se le puede manifestar igual o diferente como lo hizo con María, con José, que sólo lo tenemos que desear con la misma fe con que ellos lo hicieron, con sinceridad, con humildad, con insistencia también.
Él desea que el hombre y la mujer de hoy tengan las mismas oportunidades pero que también tengan la misma fe y buen proceder, la misma perseverancia, humildad y buen corazón como los que, en el pasado, tuvieron la oportunidad de conocerle directamente, sin intermediarios. Aclaro que, sin menospreciar la labor religiosa, que también puede servir de vía o canal para hacerlo.
Él está presente en las cosas y en las criaturas más sencillas y simples de este su Reyno, pero también en las más puras y honestas, en el valor que no se ve, en los excluidos, en la dignidad del pobre, está en aquel que en medio de la guerra y el horror procura amor, ternura y aliento, él está en todas partes y en todo momento.
Él está al alcance de todos, de ti, de mí, de aquel que quizá pensemos que no lo merece. Sí, es posible, búscalo, sólo tienes que desnudar tu corazón de tantos dudas, prejuicios y vicios de este tiempo absurdo en que vivimos. Tal vez por eso resulte tan difícil para algunos encontrarle en este mundo actual, donde la bondad, la moral y otros valores son cubiertos de insultos y vistos como ridículos, pero él sigue ahí esperando por ti…
Por Ebert Gómez Guillermo