Moca, Espaillat.-El Senado de la República celebrará este viernes una sesión extraordinaria en solemne conmemoración del 164 aniversario del histórico Grito de Moca, levantamiento ocurrido el 2 de mayo de 1861, en oposición a la anexión de la República Dominicana a España y la que se llevará a cabo en el marco de las actividades conmemorativas organizadas por las autoridades locales.
La iniciativa, sometida por el senador de la provincia Espaillat, Carlos Gómez, el pasado 18 de marzo, recibió el respaldo unánime de la Comisión Permanente de Cultura del Senado, y fue acogida por el pleno legislativo como un acto de homenaje a los patriotas que encabezaron este hecho trascendental.
La sesión contará con la participación de los senadores representantes de las 32 provincias del país, quienes estarán presentes para rendir tributo a las figuras emblemáticas de este histórico hecho como a José Contreras, José Inocencio Reyes, Cayetano Germosén y José María Rodríguez, valientes ciudadanos mocanos, que enfrentaron con determinación y gallardía los intentos de dominación extranjera.
El Grito de Moca de 1861
El Grito de Moca del 2 de mayo de 1861 fue un movimiento revolucionario que ocurrió en la localidad de Moca, en la República Dominicana. Se trató de una rebelión armada contra la anexión del país a España, que había sido proclamada un mes antes, el 18 de marzo de 1861, por el presidente Pedro Santana.
La anexión había generado un enorme descontento en amplios sectores de la población dominicana, especialmente entre los nacionalistas, que veían en esta decisión una traición a la independencia conquistada en 1844. Este grito de Moca, libertario fue uno de los primeros actos de resistencia que desembocarían en la Guerra de Restauración.
Con esta iniciativa el Senado de la República, reafirma así su compromiso de promover y preservar los hechos y valores que dieron origen a la nación dominicana, resaltando el coraje y la entrega de hombres que como los protagonistas del Grito de Moca, dedicaron sus vidas a la causa de la libertad.
Por Luis Ramón López