Diciembre es un mes para celebrar, para reunir a la familia y amigos, para compartir y para agradecer por la vida. En ese sentido, la Asociación de Representantes, Agentes y Productores Farmacéuticos, Inc. (ARAPF) llama a la sociedad dominicana y evitar mezclar alcohol con medicamentos.
Aunque en el imaginario popular esto no pase de ser un asunto accidental y poco relevante, la verdad es muy distinta. Sí hay riesgos para la salud, incluso, dependiendo del tipo de medicamento, pueden poner a las personas en peligro de muerte.
La doctora Wendy Rosario Medina, especialista en medicina familiar y comunitaria, advierte: “Durante estas festividades vemos con mucha frecuencia que las personas mezclan alcohol con medicamentos de uso común o de uso continuo muchas veces por desconocimiento.
Entre los más habituales están los analgésicos, como paracetamol y antiinflamatorios, antigripales, antihistamínicos, ansiolíticos, relajantes musculares y medicamentos para dormir”.
Pero esta combinación puede ser muy peligrosa. El paracetamol o acetaminofen, por ejemplo, al mezclarse con las bebidas alcohólicas puede producir una toxina en el hígado y generar daño o insuficiencia hepáticos.
Entretanto, el ibuprofeno, el ácido acetil salicílico y el naproxen pueden irritar el revestimiento del estómago. Al mezclarse con el alcohol puede generar el riesgo de gastritis, úlceras y sangrado gastrointestinal.
«Los medicamentos más peligrosos cuando se combinan con alcohol son los sedantes y depresores del sistema nervioso central, como las benzodiacepinas (usadas para ansiedad o insomnio), los opioides (para tratar el dolor), algunos antidepresivos, así como el paracetamol, especialmente en dosis altas, por su conocido efecto hepático», destaca la doctora Rosario Medina.
Los ansiolíticos y sedantes, que son depresores del sistema nervioso, pueden generar pérdida de la coordinación, y, por consiguiente, aumenta el riesgo de caídas y accidentes.
Pero, dado que, con sustancias alcohólicas, el efecto sedante se puede potenciar de manera impredecible, se podría originar un paro respiratorio, coma o la muerte incluso.
Pacientes con diabetes e hipertensión
Según la Federación Internacional de Diabetes, 12.5% de la población adulta dominicana tiene diabetes. Mientras que la Encuesta Nacional de Hipertensión y Factores de Riesgo Cardiovascular, hecha en 2017, indicaba que 30% de los dominicanos adultos eran hipertensos.
Dado esos índices, es prudente que la población sepa los riesgos de ingerir licor junto con sus medicamentos habituales.
«Con los medicamentos para la diabetes y las bebidas alcohólicas se pueden producir caídas bruscas de azúcar (hipoglucemia) que, sumadas al efecto del medicamento, pueden llevar a un desmayo o choque insulínico. Mientras que en el caso de la hipertensión arterial se podrían provocar desmayos repentinos o mareos», puntualiza, por su parte, la gastroenteróloga Sherly Ozuna.
Pero definitivamente los medicamentos depresores del sistema nervioso central están entre los más delicados. Entre ellos se cuentan benzodiacepinas (alprazolam o diazepam), opioides (tramadol, morfina o codeína) y somníferos (zolpidem).
Están asociados a patologías como manejo de la ansiedad, insomnio, ataques de pánico y dolor crónico o postoperatorio. Su ingesta junto con alcohol puede dar pie a depresión respiratoria fatal (el cerebro «olvida» respirar), pérdida extrema de coordinación, coma y sobredosis accidental.
Atenciones en caso de intoxicación
Cuando se ha producido la ingesta de licores y medicamentos, explica la doctora Ozuna, suele haber dos tipos de manifestaciones: unas señales inmediatas evidenciadas por reacciones neurológicas y físicas, y otras señales que se manifiestan un poco después, pero pueden ser muestra de un daño orgánico.
En el primer caso las manifestaciones son somnolencia extrema, es decir, dificultad para mantener los ojos abiertos o responder a estímulos simples; problemas para hablar (disartria), o sea, arrastrar las palabras de forma mucho más evidente que la mera embriaguez; pérdida de coordinación, tambaleo severo, caídas frecuentes o incapacidad para realizar movimientos finos (como sostener un vaso); y náuseas y vómitos violentos, especialmente si ocurren de forma repentina tras apenas una o dos copas (característico de la mezcla con ciertos antibióticos).
En el segundo caso se presentan depresión respiratoria, es decir, respiración muy lenta (menos de 8-10 veces por minuto) o irregular (pausas largas entre alientos); palidez extrema o un tono azulado/grisáceo alrededor de los labios y uñas, lo que indica falta de oxígeno; pérdida de conciencia, esto quiere decir que la persona no se despierta ni siquiera con pellizcos o ruidos fuertes; y convulsiones como consecuencia de bajadas drásticas de glucosa (común en diabéticos que beben) o por toxicidad cerebral.
“En este último escenario, que puede pasar, por citar un ejemplo, con mezcla de licor y opioides o benzodiacepinas. ¿Qué se hace? Hay que llamar a emergencia de inmediato. Intentar despertar a la persona llamándola en voz alta o sacudiendo sus hombros con suavidad.
Si no responde, presionar con los nudillos con firmeza en el centro de su pecho (el esternón). Si no hay reacción, la persona está inconsciente y es una emergencia crítica. Es importante informar con honestidad al personal médico sobre lo que haya ingerido la persona; permitirá una atención más apropiada”, indica la doctora Rosario Medina.
Dejar mitos atrás
Otras de las recomendaciones de la gastroenteróloga Ozuna es dejar atrás mitos que se han quedado en la creencia popular.
Hay que desechar aquel viejo consejo de dejar dormir profundamente a la persona tras una borrachera. Si se sospecha que toma de medicamentos, dormir podría significar pasar de la sedación al coma. Hay que vigilar a la persona hasta que llegue ayuda médica.
No dejarla boca arriba, sino acostarla de lado, pues así se evita que la persona se asfixie o aspire el contenido hacia los pulmones, lo cual es una causa común de muerte en intoxicaciones.
Tampoco es bueno darle de beber café, leche o agua. El reflejo de deglución puede estar anulado y podrías causar que se ahogue. Igual de desaconsejable es inducir al vómito, ya que algunos medicamentos son corrosivos o, si la persona está mareada, el vómito podría pasar a sus pulmones.
Nada recomendable es darle una ducha fría. El choque térmico puede causar una pérdida de conocimiento o empeorar la hipotermia.
ARAPF reitera su llamado a los dominicanos a mantener la prudencia en estas navidades y ser muy responsables con el consumo de sus medicamentos.