Moca, Espaillat.-En lo alto del coro, justo encima de la emblemática Puerta del Perdón del Santuario Sagrado Corazón de Jesús, se alza majestuoso un instrumento sin igual en toda la República Dominicana y el Caribe insular: un órgano de tubos de sonido celestial, considerado una verdadera joya del patrimonio musical, religioso y cultural de la nación.
Con 4 mil tubos, dos teclados manuales, 48 registros sonoros y una historia tan profunda como su resonancia, este órgano fue construido por la reconocida Casa Anselmo Tamburini, de Cremona, Italia, a mediados del siglo XX, a un costo de 30 mil dólares de la época. Su presencia no solo realza la solemnidad litúrgica, sino que convierte cada celebración religiosa en una experiencia espiritual, estética y sonora sin precedentes.
Este instrumento es el único órgano tubular de su tipo en todo el país y las Antillas, lo que le confiere un valor incalculable, no solo por su complejidad técnica, sino también por su estado de conservación y su rol activo dentro de la vida religiosa y cultural de Moca.
Este instrumento musical es un tesoro nacional. No es solo un órgano, es un vehículo que eleva la espiritualidad de los fieles y dignifica el culto litúrgico en su celebración.
Ubicado estratégicamente en el centro del coro, el órgano está suspendido sobre una plataforma arquitectónica que permite que su sonido se proyecte con armonía y fuerza a lo largo y ancho del santuario, llenando de solemnidad cada rincón del templo.
Durante las celebraciones religiosas más importantes, su sonido conmovedor crea un ambiente de profunda reverencia y recogimiento. Las notas que emergen de este monumental instrumento generan lo que muchos devotos describen como “una experiencia mística”, que trasciende lo auditivo para convertirse en una vivencia espiritual.
Escuchar el órgano durante una misa mayor en el Santuario es sentirse en comunión con lo divino. Su sonido envuelve, emociona y transforma.
Patrimonio cultural y orgullo mocano
El órgano forma parte inseparable del patrimonio arquitectónico y espiritual del Santuario, pero también es un símbolo del orgullo histórico y cultural de Moca. Su presencia es testimonio del interés que ha tenido esta comunidad por preservar el arte sacro y mantener vivas sus raíces religiosas.
La talentosa Luisa María Acosta Caba, es la directora del Coro Santuario Sagrado Corazón de Jesús, con casi un cuarto de siglo tocando este majestuoso órgano de un sonido celestial único en el país, quien asegura que tocar el órgano como lo hace cada domingo, es algo que me eleva a Dios y un instrumento que también me ayuda a elevar a otros para que puedan encontrarse con el Señor por medio de la oración.
«Es una música que eleva el alma, además, el órgano es considerado el instrumento por excelencia para las celebraciones litúrgicas y es considerado también el «rey de los instrumentos», destacó al reseñar el privilegio de tocar este complejo instrumento, donde hay que tener bien sincronizado todos los sentidos, porque hay que usar la vista, los oídos, el tacto con las manos y con los pies y hay que estudiar mucho.
A 140 años de la fundación de la provincia Espaillat, este órgano representa más que una reliquia. Es una manifestación del alma profunda de un pueblo creyente, musical y comprometido con su historia. Desde su púlpito musical, este instrumento no solo interpreta melodías, sino que narra silenciosamente la fe, el arte y solemnidad espiritual.
Por Luis Ramón López