Moca, Espaillat. – La ciudad de Moca está de luto tras el fallecimiento del reconocido comerciante Santos Salcedo, propietario de la famosa tienda La Victoria, establecimiento que por más de cuatro décadas brindó servicios a la comunidad mocana y fue referente del comercio local.
Don Santos Salcedo, como era conocido por generaciones de clientes y amigos, fue un hombre visionario, trabajador incansable y ciudadano ejemplar, cuya vida estuvo marcada por la honestidad, el esfuerzo constante y un profundo amor por su ciudad.
La tienda La Victoria, bajo su dirección, se convirtió en un punto emblemático del centro de Moca, reconocida por su trato humano, calidad de productos y compromiso con el desarrollo del comercio formal. Más allá de su faceta empresarial, Salcedo será recordado por su calidez personal, solidaridad y respeto por los valores éticos, cualidades que marcaron huella en todos los que le conocieron.
“Con don Santos, se va una parte importante de la historia comercial de Moca. Su legado de rectitud y entrega al trabajo debe servir de ejemplo a las nuevas generaciones”, expresó un comerciante de la zona.
Múltiples sectores de la sociedad mocana han expresado su pesar por la partida de un hombre que, con discreción y humildad, aportó significativamente al desarrollo económico y social de su comunidad.
Desde la Asociación de Comerciantes, entidades comunitarias, clientes y amigos, se han hecho llegar mensajes de condolencias a sus familiares, reconociendo la trayectoria de un hombre íntegro que honra la mocanidad.
Otra triste noticia fue la muerte de la señora Nidia Rivas
Otro fallecimiento que sorprendió a los mocanos, fue la muerte de la señora Nidia Rivas, una de las grandes emprendedoras de Moca. Residia en el barrio Don Bosco, de esta ciudad.
Su cuerpo está siendo velado en la funeraria Corazón de Jesús, para este jueves darle cristiana sepultura, en el cementerio municipal. Tanto la muerte de Salcedo como de la señora Rivas, dos distinguidos munícipes que dejan un gran legado de aportes al comercio y de ejemplo ciudadano.
Por Luis Ramón López