El día que conocí a Peña Gómez (3)

En esa lucha a mediano plazo, lo que nosotros no teníamos claro e ignorábamos era que, el doctor José Francisco Peña Gómez, tenía la seguridad de que envolviendo un sector de la Fuerzas Armadas se lograría ese objetivo, como necesitaba uno o unos organismos que ejecutarían en el seno de la población las movilizaciones de masas.

José Francisco Peña Gómez, logró obviamente y con acciones unitaria de entidades hoy llamadas «progresistas»,  en ese tiempo comunista que en muchos casos eran sentencia de muerte pero las más importante  fueron, «Fousa-cesitrado, Asochoin, Poasi,  el Sindicato Unido de la Romana) y otros más.

La organización de «Huegas Planificador», cada 4 ó 6 meses hicieron posible que para el 24 de abril de 1965 la llamada del retorno a la constitucionalidad había prendido no tan solo en el seno del pueblo, sino en los sectores más consiente de la las Fuerzas Armadas, pos-Trujillo.

Por tal circunstancia cuando el 24 de abril Peña Gómez, llamó al pueblo a las calles para reclamar el retorno de Juan Bosch y la constitución más progresista que ha tenido la patria dominicana en toda su vida republicana; claro es de entender que, si la intervención americana no se produce, es innegable que otro futuro tendría la República Dominicana.

La ocupación ó intervención que duró 17 meses, preparó las condiciones objetivas y subjetivas para lograr no tan solo que Juan Bosch y el PRD no volvieran al poder sino eliminar la flor innata de una juventud no enejenada como la actual que no tiene las aspiraciones de la juventud de los años 60,70 y parte de los 80 la cual fue eliminada por Joaquín Balaguer y una cantidad de militares y paramilitares a los cuales se les encomendó dicha tarea para organismos de inteligencia supra nacional.

Como tarea inmediata para supuestamente detener la cubanización del proceso dominicano, eso trajo como consecuencia la radicalización de la oposición sensata y consiente de nuestra generación y José Francisco Peña Gómez, no fue la excepción sin que él mismo llegara a los extremos como ocurrió con el profesor Juan Bosch, lo que a la larga trajo el rompimiento de ambos. Continuará.

Por David Williams

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